Muchas personas contactan conmigo porque tienen la sensación de ahogo al hablar en público, se quedan sin aire en sus presentaciones, en negociaciones, al hablar por teléfono…
Se ponen tan nerviosas que les cambia la voz, les tiembla, se entrecorta y su voz se queda tan frágil como un hilito.
¿Te ocurren situaciones parecidas?
No te preocupes, esto es debido a una mala gestión del aire producida por los propios nervios que provocan una aceleración en el ritmo del corazón, hacen que la musculatura se tense y dificulte el buen funcionamiento del diafragma.
Imagina poder hablar con seguridad y tranquilidad, que tu voz se escuche convincente y con potencia.
Hoy voy a compartir contigo un capítulo de mi podcast “Enciende tu voz”. Se trata de un sencillo ejercicio para ayudarte a mejorar tu respiración.
Antes de ponernos con la práctica es necesario que hagamos un trabajo interno, en el concepto de voz.
Siempre digo a mis alumnos que sientan la voz como un instrumento musical, porque la voz transmite sonidos y tiene la capacidad de producir sensaciones y emociones en las personas que te escuchan pero también en tí.
Se trata de disfrutar de tu expresión, de sentirla bella. Esto lo puedes lograr modulando tu voz y habitando tu sonido de manera física, mental y emocional. Incluso espiritual.
A través del canto, me he dado cuenta del impacto del sonido que la voz tiene en las personas que escuchan. He visto el resplandor en sus caras. Esto me ha hecho consciente de que es el mismo resplandor que yo siento cuando canto para ellas. De alguna manera sentimos la misma cosa, podría llamarla felicidad. Esto me lleva a la conclusión de que la música y la felicidad pueden ser la misma cosa. Por eso, considero que la voz es un elemento tan importante en la comunicación. A través de la música de nuestras palabras podemos enriquecer la vida de los demás, y por lo tanto, la nuestra propia.
Una vez somos conscientes del maravilloso regalo que representa nuestra voz, vamos a continuar con la respiración.
Aprender a respirar es una toma de consciencia de tu propio cuerpo, de tus sensaciones, de tus tiempos.
Te dejo el episodio del podcast para que puedas realizar el ejercicio. Te ayudará a tomar un primer contacto con tu respiración, también te puede ayudar en momentos de tensión en los que necesites bajar pulsaciones y calmar tu respiración. Y, nunca mejor dicho, lo tienes al alcance de tu mano.
Practícalo todas las veces que quieras, cuanto más mejor. El aire es la gasolina de la voz.
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